Esta calzada romana, parte del camino denominado Iter Ab Emerita Caesaraugusta – de Mérida a Zaragoza, fue construido en la época del Emperador Augusto. La Vía de la Plata partía de Mérida y terminaba en Astorga, continuando hacia el Norte hasta Gijón y hacia el Sur hasta Sevilla, coincidiendo en gran parte con el actual trazado de la A-66. A lo largo de su recorrido se encontraban las posadas o mansio y los miliarios, que indicaban las distancias de las ciudades más próximas y las del principio y fin de la vía. Era fundamental para el traslado de mercancías y de tropas.
La España visigoda abandonó muchos enclaves romanos de la Vía de la Plata; sin embargo, los musulmanes la utilizaron para penetrar y moverse por la península, de ahí el nombre de Al balath -el camino-, de donde algunos hacen derivar el nombre de la Plata.
Hoy día la Ruta de la Plata, con una extensión de 300 km, actúa como eje vertebrador de Extremadura, ya que la cruza de Norte a Sur, comunicando las localidades de Baños de Montemayor, Hervás, Plasencia, Monfragüe, Cañaveral, Cáceres, Aldea del Cano, Mérida, Almendralejo, Villafranca de los Barros, Zafra, Fuente de Cantos y Monesterio, enlazando un importante patrimonio cultural y paisajístico.
Si se comienza por el Norte de la Provincia de Cáceres, en Baños de Montemayor existe un Balneario de origen romano de gran tradición en la provincia. Es una zona de una gran belleza paisajística y famosa por su artesanía, sobre todo de cestería y de muebles de castaño. En Baños se encuentra el Centro de Interpretación General de la Vía de la Plata.
A pocos kilómetros se encuentra Hervás, con un significativo Barrio Judío, declarado Conjunto Histórico Artístico y un Museo dedicado al escultor Enrique Pérez Comendador, nacido en esta localidad. El museo está ubicado en el Palacio de los Dávila, ocupando un antiguo edificio del siglo XVIII. En el barroco Convento de los Padres Trinitarios se encuentra instalada la Hospedería de Turismo.
En el cruce de Villar de Plasencia, a 4 km., se encuentran las ruinas de la ciudad romana de Cáparra. En ella podemos contemplar el arco romano de cuatro frentes por el que pasaba la Vía de la Plata. La excavación, ampliamente señalizada, indica los restos correspondientes a templos, casas privadas, edificios públicos y un anfiteatro. Es muy interesante visitar el Centro de Interpretación de Cáparra, que ayuda a comprender mejor el pasado de esta ciudad.
La siguiente población es Plasencia, fundada por el rey Alfonso VIII en el siglo XII. Plasencia conserva parte de sus murallas con sus puertas y torres defensivas, el trazado concéntrico de calles que desembocan en la Plaza Mayor. En ésta se encuentra el Ayuntamiento y se celebra el tradicional mercado de los martes. El edificio más destacado es la Catedral, que responde a dos momentos constructivos distintos; al primero corresponde la Catedral Vieja, entre románica y gótica y, al segundo, la Nueva, construida en época renacentista, con tracería interior aún gótica pero portada ya plateresca. En su ejecución participaron los arquitectos más importantes de la época. En su interior, el magnífico Retablo Mayor, del siglo XVII, contiene pinturas de Francisco Rizi y esculturas del vallisoletano Gregorio Fernández. Entre las numerosas piezas de interés que guarda la catedral destaca el coro, con una sillería del siglo XV realizada en madera de nogal por el maestro Rodrigo Alemán.
Dentro de la Catedral, el Museo Catedralicio expone, junto a restos arqueológicos, una completa colección de arte religioso de libros de coro, platería, orfebrería, vestiduras litúrgicas, esculturas, pinturas y dos tablas del pintor Luis de Morales -Jesús atado a la columna y una Piedad-.
Muy cerca de la Catedral, se encuentra el Museo Etnográfico y Textil Provincial Pérez Enciso, el más importante de la provincia en su género.
Plasencia, sede episcopal y residencia de nobles, es una muestra continua de arquitectura palacial y religiosa. La Casa del Deán o de las Dos Torres, el Palacio de los Marqueses de Mirabel, la Iglesia de San Nicolás, de San Esteban, el Palacio Episcopal o el Hospital Provincial, sede de la Institución Cultural Santa Maria, son una muestra de ello. En el Convento de San Vicente Ferrer, que data del siglo XV, se ha instalado el Parador de Turismo. Destacar también la Casa Sacerdotal Diocesana de los arquitectos Miguel De Guzmán, Andrés Jaque y Enrique Krahe finalista del Premio Manuel de la Dehesa en la VIII Bienal de Arquitectura Española, celebrada en el año 2005.
El Camino nos lleva hasta el Parque Natural de Monfragüe, uno de los espacios naturales más importantes de España. En él habitan más del 75% de las especies protegidas. En Villarreal de San Carlos se encuentra el Centro de Interpretación del Parque.
La siguiente localidad es Cañaveral, por donde pasaba el Camino Real utilizado por los pastores trashumantes para el traslado de los ganados. En torno a la Plaza Mayor y las calles principales se alza la Iglesia Parroquial de Santa Marina en estilo gótico y con retablos barrocos en el interior. También hay dos ermitas, la de San Roque y la del Humilladero. A unos kilómetros de Cañaveral se encuentra el singular Convento del Palancar, fundado por San Pedro de Alcántara en el siglo XVI.
En dirección a Cáceres encontraremos a la derecha los restos del Puente Romano de Alconétar, trasladado en los años setenta al lugar que ocupa al ser cubiertas por las aguas del Tajo la localidad de éste nombre, mansio o zona de descanso de la Vía de la Plata. Un poco más adelante el Castillo de Floripes también está cubierto por las aguas y de él sólo puede verse parte de su torre.
Llegamos a Cáceres, antigua colonia Norba Caesarina, fundada por los romanos en el siglo I a.C. Adquirirá una gran importancia en época almohade, momento en el que se construye la muralla, torres y la Alcazaba militar, del que se conserva el aljibe para almacén de agua. Las murallas, gran parte de las cuales se conservan en la actualidad, acogen en su interior el Tercer Conjunto Monumental de Europa, con palacios, iglesias y conventos construidos en su mayor parte durante los siglos XV y XVI y que constituyen hoy un importantísimo conjunto urbano que ha merecido el reconocimiento como Conjunto Histórico Artístico Nacional desde 1949 y Patrimonio de la Humanidad en 1986. Toda una red de Museos, entre los que citaremos el Museo de Cáceres, el Museo Casa Pedrilla o la Exposición Permanente Municipal Ciudad de Cáceres, y Centros de Interpretación como el del Campamento Romano de Cáceres El Viejo ayudan a completar la historia de la ciudad, obligada visita en este recorrido por la Ruta de la Plata.
Continuando hacia el sur, la siguiente localidad es Aldea del Cano, donde se puede visitar la Iglesia de San Martín y la Ermita de Nuestra Señora de los Retablos. A continuación Aljucén, con un nombre de procedencia árabe que significa castillejo, señalando su origen musulmán; es un pequeño municipio con una interesante iglesia del siglo XVI que conserva una bella portada renacentista. Mérida, capital de la Lusitania Romana y nudo principal de comunicaciones de esta ruta de la Vía de la Plata, fue mandada construir por el emperador Augusto en el año 25 a.C. El puente sobre el Guadiana fue lo primero que se construyó. La ciudad contiene edificios para espectáculos como el Teatro, en uso en la actualidad, el Anfiteatro y el Circo. Dos Foros ,el Provincial y el Municipal, templos y casas como la del Mitreo o del Anfiteatro; y toda una serie de obras de ingeniería como los Acueductos de Los Milagros y el de San Lázaro o los pantanos de Proserpina y Cornalvo. Se conservan tramos de las calzadas que comunicaban Mérida con el resto de ciudades del Imperio.
Los Museos de Arte Visigodo, de Geología o del Ferrocarril completan la visita a la ciudad de Mérida, destacando el Museo Nacional de Arte Romano. Diseñado por Rafael Moneo, es una cita imprescindible para comprender la ciudad romana, por su exposición de mosaicos, pinturas murales, esculturas, numismática, cerámica, orfebrería, vidrio y otras piezas arqueológicas que han ido apareciendo durante las excavaciones en los principales yacimientos de la misma. En el subsuelo del mismo se encuentra la llamada cripta, restos del Acueducto romano de San Lázaro y de una calzada romana que enlazaba con el camino hacia Córdoba. Mérida fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1993.
Muy cerca de la ciudad se encuentra Alange, que conserva aún sus termas romanas como origen de un moderno balneario.
Seguidamente, se encuentra la Tierra de Barros, terrenos muy fértiles dedicados a la agricultura y al cultivo de la vid y la mayor cantidad de vinos y licores de la región.
Almendralejo sostiene una importante industria de aceite y de vino. Ciudad acogedora, cuna de dos grandes poetas, José de Espronceda y Carolina Coronado. Sobresalen la Iglesia Parroquial de la Purificación, la de San Roque, y la de San José, el Convento de Nuestra Señora del Amparo -donde las monjas siguen elaborando dulces típicos-, el de los Franciscanos o Convento de San Antonio y el del Corazón de María, que ocupa el antiguo palacio de la Condesa de la Oliva. En cuanto a la arquitectura civil, se ha de mencionar el Palacio del Marqués de Monsalud, construcción del siglo XVIII donde se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad, y el de los Marqueses de la Encomienda. Sobresalen también los edificios lúdicos y recreativos como el de la Sociedad el Obrero Extremeño, el Casino o el Teatro Carolina Coronado. Destacar también la plaza de toros, una de las más antiguas de España.
A Villafranca de los Barros la identifican, algunos historiadores, con la antigua mansio romana de Perceiana. Perteneció a la orden de Santiago y goza de una floreciente industria que hace de ella una localidad próspera. En cuanto a sus monumentos sobresalen la iglesia gótica de Nuestra Señora del Valle, la Ermita de La Coronada, del siglo XV y reformada en el XVIII y el Colegio de los Jesuitas del siglo XIX.
Zafra, muy conocida por sus ferias de ganado, instauradas desde época medieval en la Plaza Grande, una de las dos plazas de la ciudad, la otra es la Plaza Chica. Ambas comunicadas por el Arquillo del Pan en el que existe un pequeño retablo de la Virgen de la Esperancita del siglo XVII. La Plaza Grande está rodeada por arquerías de medio punto, en la Chica, se puede ver la vara de Zafra, una marca donde se comprobaban las medidas reales de las telas y paños, objeto de transacciones comerciales.
Zafra contiene un importante casco antiguo nombrado Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1965, en el que destacan el impresionante Alcázar de los Duques de Feria, del siglo XV, que aloja el Parador de Turismo de Zafra, los conventos de Santa Marina, de Santa Clara, de Santa Catalina y el Hospital de Santiago. En la Iglesia Parroquial de la Candelaria se puede contemplar un retablo de Zurbarán con varios lienzos del artista. Dando un paseo por la ciudad se pueden ver casonas blasonadas y palacios urbanos corresponden a una nobleza y alta burguesía enriquecida con la industria y el comercio. En Zafra se celebra anualmente la Feria Regional del Campo Extremeño y la Feria Internacional Ganadera.
En Fuente de Cantos nació el pintor Francisco de Zurbarán, donde tiene una casa-museo en esta localidad. El edificio religioso más importante es la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, con un destacado retablo barroco. El primer domingo de abril tiene lugar una curiosa cita gastronómica: la Fiesta de la Chanfaina.
Monesterio, famosa por la calidad de sus embutidos y jamones, es la última localidad de este recorrido. Destacan la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, fechada en el siglo XVI, el Monasterio de Tentudía -situado en lo alto de la sierra de éste nombre desde donde se puede disfrutar de un espectacular paisaje- y su iglesia – del siglo XIV -, que sigue modelos mudéjares, y contiene curioso retablo cerámico de Niculoso Pisano en una de la capillas.
Es aquí, en el sur de la región, limitando ya con la comarca del Alentejo Portugués y con las provincias andaluzas de Huelva y Sevilla, desde estas sierras de Tentudía, donde finaliza esta ruta tras haber atravesado Extremadura de Norte a Sur siguiendo el itinerario romano de la Vía de la Plata.